Una cosa es la tristeza bien plantada:
Cuatro poemas de Claudia Bakún
2025

puedo romperme al escribir
por eso
voy con cuidado por estas nuevas calles cenagosas
No quiero la desgracia nunca más
nunca
la falta de alegría por costumbre
No quiero más la ira
ni la impaciencia
ni la escasez de risa
ni de audacia
a la hora de levantarme el vestido
o zapatear
Una cosa es la tristeza bien plantada
la semilla rota para el nacer de un mundo
y otra cosa la rancia
la estúpida sonrisa del hastío
del asco
disfrazados para una fiesta
que se desploma
sobre la intemperie
***
poemas poemas poemas
muertos: venid a mí, la pobre
la hambrienta
la sedienta
la que se come al mundo
Venid a mí, poemitas
saludadme:
ha nacido la múltiple
la esperanzadora
la endechadora eficaz
la maga viva
ha nacido la criatura que esperaba
¿quién va a osar lastimarla ahora?
hembrita sabia: ya no teme amores
que no merezcan la savia de sus manos
el olor de su axila
La protección del mundo le canta
unas cosas raras y armoniosas
unos conjuros antioxidantes fuertes
e implora a un dios bonito
risueño y bailarín
que le de cuerda
muertos: venid a mí, la pobre
la hambrienta
la sedienta
la que se come al mundo
Venid a mí, poemitas
saludadme:
ha nacido la múltiple
la esperanzadora
la endechadora eficaz
la maga viva
ha nacido la criatura que esperaba
¿quién va a osar lastimarla ahora?
hembrita sabia: ya no teme amores
que no merezcan la savia de sus manos
el olor de su axila
La protección del mundo le canta
unas cosas raras y armoniosas
unos conjuros antioxidantes fuertes
e implora a un dios bonito
risueño y bailarín
que le de cuerda
***
no hay calesita más linda que ésta
decorada de manzanos múltiples
habitada por duendes mañaneros
La música rompe al viento como olas
mastica ilesa su esperanza, y reza
como si al llorar pariera niños
uno a uno, de a miles
de a millones
Pura la vida inmensa se reparte
por las tierras vírgenes de nubes
en que el sol se derrite en las mañanas
No hay calesita más linda que ésta
más inspirada
más calentita de sol y de sonrisas
Me la enseñaron unas hadas buenas
que visité una vez y las oí
y desde entonces me quedé a mirar
cómo todo aparece y desaparece en cada vuelta
cómo se escapa la sortija y me río
me río sin parar:
la travesura
me puede, me embelesa
Ya nada
de lo antiguo y oxidado me atrae
Hoy mi libertad no tiene dueño
***
ahora que probé el fruto que temía
sé por qué lo temía. Ahora
que fui hasta mí
sedienta de mi alma
sé de sus tesoros lo que ignoré durante años
¿que fueron demasiados?
¿que podría haber sido esa otra cosa
que siempre nos persigue?
Sí, sí…cálmate:
a este sitio que llegaste
a este sitio y sus ríos
y sus frescos manjares
y sus suaves delirios,
en este lugar sexuado y risueño
en este sitio de orgasmos milagrosos
estás dulcemente condenada a permanecer
Tu espíritu es el sitio que mejor te queda
más al cuerpo más chic
más a tu estilo
No creo que puedas irte.
El fruto que probé y temía probar
era yo misma
sé por qué lo temía. Ahora
que fui hasta mí
sedienta de mi alma
sé de sus tesoros lo que ignoré durante años
¿que fueron demasiados?
¿que podría haber sido esa otra cosa
que siempre nos persigue?
Sí, sí…cálmate:
a este sitio que llegaste
a este sitio y sus ríos
y sus frescos manjares
y sus suaves delirios,
en este lugar sexuado y risueño
en este sitio de orgasmos milagrosos
estás dulcemente condenada a permanecer
Tu espíritu es el sitio que mejor te queda
más al cuerpo más chic
más a tu estilo
No creo que puedas irte.
El fruto que probé y temía probar
era yo misma
Claudia Bakún
Nació en Buenos Aires, ciudad en la que reside, en 1964. Es poeta, pintora y profesora nacional de música y de plástica. Desarrolló su tarea docente en escuelas públicas primarias, secundarias y en educación artística. En 1994 publica Sombraluz (Colección El fandango) y en 2014, Accidentes geográficos (13mil pájaros Ediciones) ambos de poesía. En 2022 publica Canciones que me enseñó mi madre (13mil pájaros Ediciones), de carácter testimonial. Participó en publicaciones, revistas, encuentros y antologías poéticas.