Loca de Lenguaje, de Carla Ivonne
Por Daniel Valencia 2023
El prólogo del poemario de Carla Ivonne es ciertamente exigente al mismo texto. Nos comenta cómo la autora “quería tener siempre el término preciso para lo que estaba sintiendo”, una locura de lenguaje le llama Amador Moscoso, autor del apartado, quien cataloga a la poeta como una víctima de este padecer.
Me convida a pensar en una reminiscencia a un Mal de Montano, sin duda padecimientos complejos de expresar en la escritura. Me pregunté si iba a poder apreciar esta locura en los poemas de Ivonne. Es una tarea claramente difícil, dieciséis años antes Ximena Rivera escribió “sigo persiguiendo las palabras / que no se dejan alcanzar, / no se alinean, no convergen al papel. / Tan arduo trabajo exige la escritura / que es imposible no sorprenderse”, ¿Habrá encontrado las palabras Carla Ivonne?
Los primeros versos, repartidos entre dos páginas, me hacen dudar y pensar en una inclinación lírica hacia el panfleto. “Ser antisistema / ya es muy sistema”, desde este momento Ivonne decide que sus poemas oscilen en un péndulo entre una crítica social y lugares de su infancia y adolescencia. Dinámica que hace pensar al texto no solo como un poemario, sino como una suma de textos con registros distintos, utilizando una serie de figuras retóricas que difuminan el carácter propio del cuerpo del libro.
Un poema donde acierta es Baño de damas, logra hallar en aquel lugar un retrato de sus dinámicas desde la oralidad, se pueden apreciar los diálogos entrecortados de una ida rápida al baño, las pequeñas relaciones y la memoria dentro de un cubículo rayado.
El mayor desacierto de Ivonne es la explotación de frases que se asemejan a textos relacionados a la sociología, como los últimos versos del último poema señalado: “Me subo las prendas / y soy una más / Sujeta pensante / lista para volver al mundo / dominado.”
Esto a su vez es una oportunidad, ya que en la mezcla
entre lo social y el lugar común de su adolescencia, desde esa nostalgia en la
cual “Se derrama en el papel la joven que soy” (tercer verso de su poemario),
se vislumbra una importante crítica, que muchas veces se pierde en la
rotatoria que impone la autora a su poemario.
Esto no deja de hacerme cuestionar la intencionalidad misma del libro. “Violada” y “Tengo Miedo” son poemas de circulares, no hay una intencionalidad propia en la locura del lenguaje. Sin embargo, en los tres poemas siguientes “A tiempo”, “Hojas de biblia” y “Corazones”, Ivonne posee aciertos técnicos donde invierte en una visualidad y en recursos mucho más depurados. La ausencia de un imaginario más completo, es combatido con la visualidad más trabajada en la segunda mitad del texto, esta logra captar la atención.
Hay versos con espíritu adolescente que abrigan ciertas construcciones aún necesarias. “Gato burdeo” y “Mancha de vino” nos entregan la voz más sincera de Carla Ivonne, probablemente este tipo de versos hallados en su libro sea los que presenten las imágenes más acordes al registro que ocupa.
Sus poemas adolescentes, no abusan del lenguaje sociológico ni de una escritura que a gritos busca exponer la calle en sus versos, sino que se adecuan a la manera que tiene Ivonne de construir su poética. El panfleto, en este sentido, es también un grito desde la adolescencia que aún vive en su poesía, esa rebeldía y la necesidad de exponer lo que se encuentra injusto, de allí la calle como un lugar común, una trinchera social.
Loca de Lenguaje es un intento de búsquedas técnicas, de la exposición de las preocupaciones vitales más esenciales de la poeta. Se respiran muy encima sus influencias, mientras busca hacerse una primera voz propia, probablemente esta se halle entre jóvenes rebeldes, manchas de vino y la inconformidad con la forma.
Esto no deja de hacerme cuestionar la intencionalidad misma del libro. “Violada” y “Tengo Miedo” son poemas de circulares, no hay una intencionalidad propia en la locura del lenguaje. Sin embargo, en los tres poemas siguientes “A tiempo”, “Hojas de biblia” y “Corazones”, Ivonne posee aciertos técnicos donde invierte en una visualidad y en recursos mucho más depurados. La ausencia de un imaginario más completo, es combatido con la visualidad más trabajada en la segunda mitad del texto, esta logra captar la atención.
Hay versos con espíritu adolescente que abrigan ciertas construcciones aún necesarias. “Gato burdeo” y “Mancha de vino” nos entregan la voz más sincera de Carla Ivonne, probablemente este tipo de versos hallados en su libro sea los que presenten las imágenes más acordes al registro que ocupa.
Sus poemas adolescentes, no abusan del lenguaje sociológico ni de una escritura que a gritos busca exponer la calle en sus versos, sino que se adecuan a la manera que tiene Ivonne de construir su poética. El panfleto, en este sentido, es también un grito desde la adolescencia que aún vive en su poesía, esa rebeldía y la necesidad de exponer lo que se encuentra injusto, de allí la calle como un lugar común, una trinchera social.
Loca de Lenguaje es un intento de búsquedas técnicas, de la exposición de las preocupaciones vitales más esenciales de la poeta. Se respiran muy encima sus influencias, mientras busca hacerse una primera voz propia, probablemente esta se halle entre jóvenes rebeldes, manchas de vino y la inconformidad con la forma.