Un silbido oceánico llega desde Uruguay
Tres poemas de Luna Curto

CELO
El nivel del texto
que
hace convulsionar
que hace deprimir
el músculo
que te parte la expresión
Celo
la
inclinación
de tu cara impregnada
al manuscrito
Tus ojos repasan mi liviandad
vertical hoja insustancial
Virada venís
violentando al verbo
desde la cadera
Aspirás palabras
fingís mirarme con gravedad
soy el chiste de tu bureau
Celo la vibración suspendida
en tus años
Celo la autoctonía
de los fonemas
en tu boca.
EN BANDEJA
Uruguay esquina Magallanes
La ronda que somos abarca
una sensibilidad rota
Córnea roja
llora repartiendo
manotazos de pena desnuda
Intenta explicar el dolor
ajeno
penetrándole el saber
/la ingenua rasgó el cascarón
Una vergüenza maciza
de ser quien es
se le prendió al paladar
Su mano
feminizada por el llanto va
borrando el trayecto
único
de lágrimas llegando al cuello
La ronda que somos
pide
detalles
de la revelación
Saboreamos la angustia
de una recién enterada
/tristeza en bandeja
El dolor de la novata
nos masturba la cicatriz
La identidad
es un chiste entre sobrevivientes.
VIENTO EN CONTRA
Tira correntadas de duda
trancada
la
tarde
El silbido oceánico
arrulla el tórax
El adentro
es
un
lugar
en estado de sitio.
Luna Curto

Persigue luces en la ciudad. Supone que tanto foco, algo, algo debe iluminar.
Enteramente uruguaya.